Así pensaba Don Baltasar
A la Eucaristía por María, y por María y la Eucaristía a salvar las almas.
La educación es la más noble de las empresas y el mejor bien que se puede hacer al hombre.
(Cuando hablaba de su madre): "Mi primera maestra, que sin saber de letras, me ha enseñado una ciencia que en ningún libro he podido hallar"
(El día de su Ordenación Sacerdotal escribió): "Madrugué y me dirigí al Sagrario, donde, postrado me entregué al Señor, como un niño que se ve ante algo muy grande que le asombra y no sabe qué decir, sino creer y confiar en ÉL"
"Primero hay que llenar los estómagos vacíos si queremos llenar después sus cabezas de conocimientos y sus corazones de amor a Dios"
"La nota singularísima de nuestra vocación debe ser la generosidad sin límites".
El amor que tenía a los niños se fue convirtiendo en "santa chifladura".
"Para ganar al pueblo hay que dar antes que nada corazón y después todo lo que se pueda".
"Había, sí, un barrio de Atocha populoso, donde la miseria y la flaqueza tenía su asiento y la ignorancia del catecismo y el desconocimiento y hasta desprecio dela religión imperaban y dominaban en la mayoría y casi totalidad de los espíritus".
"Ese era el barrio de mis amores, el barrio de mis ensueños".
"Tú serás, barrio querido de Atocha, desde hoy, mi padre, mi madre y mis hermanos".
"La confianza en Dios es la mejor sabiduría y todo nuestro poder".
"El apoyo en Dios da valentía suficiente para enfrentar cualquier situación".
"Nada hay tan alegre como las obras de Dios porque Él es la fuente de la verdadera alegría".
"Educar a la mujer es educar hombres y levantar pueblos".
La obra de Atocha es grande porque es de los niños, porque es de los pobres, porque nació de la nada para remediar las grandes necesidades del Barrio y porque es de Dios".
(Hablando de su muerte, dijo al Cardenal Quiroga Palacios): "Mi deseo es quedar entre los niños para continuar haciendo con ellos las Visitas a Jesús Sacramentado".